Hay fotografías que el corazón se niega a enterrar, retazos de pasado que no quedan en la estantería acumulando polvo. A veces, se almacenan en grandes cajas sin apenas darte cuenta; a veces solo puedes guardarlos cuando otro recuerdo ocupa su lugar.
Y te sientes marioneta del destino, sin saber en qué puedes influir y en qué momentos dejarte llevar.
Y te sientes marioneta del destino, sin saber en qué puedes influir y en qué momentos dejarte llevar.
Hoy siento que mi vida es una barca.
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